Las consecuencias de un disparo intempestivo

Las consecuencias de un disparo intempestivo

No siempre que se produce un disparo de la protección diferencial se debe a una amenaza real

Los cortes de suministro eléctrico inesperados, muchas veces provocados por el disparo del interruptor diferencial, pueden convertirse en un auténtico quebradero de cabeza cuando suceden en nuestra vivienda habitual, en la segunda residencia, o en establecimientos como restaurantes y supermercados.

Al ausentarnos —ya sea por unas vacaciones familiares, un viaje de trabajo o simplemente por cerrar el negocio por la noche— dejamos equipos en funcionamiento: neveras, congeladores, sistemas de seguridad, servidores o líneas de caja. Un fallo momentáneo en la red puede disparar el disyuntor diferencial, pero si éste no se reconecta, el apagón se prolonga durante horas, días, o hasta que alguien revierta manualmente la situación. Esta incertidumbre genera una sensación de inseguridad y potenciales pérdidas de gran magnitud.

Porque no siempre que se produce un disparo de la protección diferencial se debe a una amenaza real, sino que puede deberse a una perturbación transitoria, como una tormenta eléctrica, humedades, obras cerca del lugar de residencia. En estos casos no habría ningún peligro al volver a reconectar, ya que no hay una fuga real.

En el entorno doméstico, el impacto más inmediato se nota en los frigoríficos y congeladores. Basta un corte eléctrico de unos minutos para que la cadena de frío se interrumpa, provocando la descongelación parcial de los alimentos y su descomposición. Además, los sistemas de alarma y los portones automáticos de garaje dejan de estar activos, comprometiendo la seguridad del hogar. El fallo del sistema de riego programado o de las bombas de piscina puede ocasionar sobrecostes de mantenimiento e incluso daños por filtraciones de agua. Los mismos efectos son aplicables a nuestra segunda residencia, con el agravante de que normalmente tardamos días o semanas en volver.

En el sector de la hostelería y el comercio alimentario, como restaurantes y supermercados, los riesgos derivados de un apagón son aún mayores. La pérdida de productos perecederos puede ascender a varios cientos o miles de euros en un solo incidente. Además, en restaurantes, la interrupción de hornos, campanas extractoras y sistemas de pago retrasa el servicio y afecta la experiencia del cliente. En supermercados, la imposibilidad de atender cajas, poder pagar con tarjeta o sistemas de control de temperaturas en cámaras frigoríficas interrumpe la operativa diaria, provocando el caos logístico.

Los costes directos de estos sucesos incluyen la reposición de mercancías estropeadas, la contratación de personal de guardia para rearmar manualmente los diferenciales y el posible alquiler de generadores adicionales. A estos gastos hay que sumar los indirectos: pérdida de reputación, insatisfacción del cliente y la penalización de seguros por incumplimientos en las condiciones de conservación de productos. 

En el ámbito industrial, los cortes prolongados pueden detener líneas de producción enteras, con un impacto económico que se mide en decenas de miles de euros por hora de inactividad.

Tradicionalmente, la solución para garantizar la continuidad ha pasado por utilizar generadores de respaldo o sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI). No obstante, estas alternativas presentan inconvenientes: los generadores requieren combustible, mantenimiento periódico y generan ruido y emisiones; los SAI tienen una autonomía limitada y un coste de implementación elevado. Además, ambos sistemas no evitan el problema de que un disparo del diferencial deje de suministrar corriente hasta que se restablece manualmente el interruptor diferencial principal.

Para hacer frente a este reto, existen dispositivos diseñados específicamente para asegurar la reconexión automática tras disparos del diferencial. Uno de los más compactos y eficientes es el interruptor diferencial autorrearmable REC4. Se instala de forma idéntica a un diferencial convencional, sin necesidad de cableados adicionales al motor de reconexión, y ofrece hasta tres intentos de rearme tras un corte, con tiempos de espera predeterminados (3 s, 20 s y 180 s) que cubren la mayoría de los fallos transitorios de la red.

El REC4 está disponible en versiones de 2 y 4 polos, con sensibilidad de 30 mA o 300 mA, y corriente nominal de 40 A o 63 A. Incorpora un sistema de bloqueo manual que permite pasar del modo automático al manual para labores de mantenimiento o en caso de defectos persistentes. 

Gracias a su sistema de rearme inteligente, el REC4 minimiza los tiempos de inactividad y reduce la necesidad de intervención humana, lo que se traduce en un importante ahorro de costes y en una mayor fiabilidad del servicio eléctrico. Su instalación es rápida y no requiere modificaciones en el cuadro eléctrico, por lo que es una solución especialmente indicada para viviendas, segundas residencias, restaurantes, supermercados y entornos industriales o de servicios críticos, como cámaras frigoríficas y SAI.

Para evitar que un simple fallo del diferencial se convierta en un problema de mayor envergadura, con costes elevados y complicaciones operativas, la solución es incorporar un interruptor diferencial autorrearmable. Apostar por el REC4 es apostar por la tranquilidad en el suministro eléctrico. Evita problemas en tu instalación, instala el REC4 de Circutor.

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