16 Oct Qué son los interacumuladores y cómo escoger el apropiado
Los interacumuladores son aparatos que existen para cubrir los requerimientos de agua caliente en una edificación.
Tabla de contenidos
A diferencia de los acumuladores, que solo almacenan el agua caliente, un interacumulador sirve también para calentarla.
¿Cómo funcionan los interacumuladores?
Para funcionar, un interacumulador debe estar conectado a una fuente de calor externa como puede ser una caldera o paneles de energía solar térmica.
Los interacumuladores funcionan gracias a que incorporan un intercambiador interno; a través de este sistema, el agua caliente generada por la fuente de calor externa calienta el agua almacenada dentro del cuerpo del depósito.
Lo ideal es conectar el equipo a un termostato para controlar la temperatura del agua en su interior y activar la fuente de calor cuando sea necesario.
Algunos modelos incorporan una resistencia eléctrica como una fuente de calor alternativa, para cuando la fuente externa (por cualquier motivo) no esté activa o sea insuficiente.
Tipos de interacumuladores
Fundamentalmente existen dos tipos de interacumuladores:
Interacumuladores de doble pared
Este tipo de interacumuladores cuenta con dos depósitos, uno dentro del otro. En el espacio hueco entre estos se hace circular el agua caliente generada por la fuente externa, de modo que caliente el agua que se encuentra en el depósito interior.
Interacumuladores de serpentín
En este caso, el interacumulador cuenta con una tubería en forma de espiral (serpentín) en la parte baja de su interior. La forma de la tubería interna sirve para maximizar el recorrido de agua caliente y asegurar el máximo tiempo de contacto posible para calentar el agua que se encuentra dentro del depósito.
¿Cómo escoger el interacumulador correcto?
Aunque el mercado ofrece muchas opciones, para escoger el interacumulador ideal basta con tener en cuenta dos variables:
1 – Capacidad
Esta debe ser la primera característica a tener en cuenta para escoger el interacumulador más adecuando según las necesidades del proyecto.
La capacidad del depósito debe ser mayor al requerimiento máximo de agua caliente en la hora pico de uso.
Esta cantidad puede variar dependiendo del uso de la edificación; en caso de uso doméstico los consumos suelen estar alrededor de 50 litros por habitante, mientras que en un hotel el consumo de agua caliente puede llegar a 150 litros por habitación; aunque, para calcular la capacidad correcta lo ideal es ceñirse a lo que dice la norma.
2 – Presupuesto
Conociendo el requerimiento de ACS, solo habría que hacerse con un interacumulador que supla dicho requerimiento. En el mercado existen múltiples opciones para capacidades similares, por lo que la selección dependerá básicamente del presupuesto con el que se cuente.
Una de las razones de la diferencia de precio puede ser el revestimiento interior que protege al interacumulador de los agentes corrosivos del agua. Se puede utilizar cobre, vitrificado o acero inoxidable, el último de estos siendo un poco más caro que el resto, aunque no necesariamente mejor.
Resumiendo, los interacumuladores son una excelente opción para abastecer de agua caliente a una edificación.
Lo más importante para la selección del modelo adecuado es calcular el requerimiento total de ACS en la hora pico de uso; a partir de ahí será cuestión de adaptarse al presupuesto disponible.
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