24 Dic La calidad del aire interior: un riesgo silencioso
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En los últimos años, tanto las aulas como los entornos de trabajo han puesto en evidencia un problema que durante demasiado tiempo pasó desapercibido: la mala calidad del aire interior. Cada vez más casos muestran que un ambiente mal ventilado puede derivar en síntomas físicos, absentismo e incluso en la aparición de patologías asociadas a oficinas y edificios con ventilación insuficiente.
Muchos edificios, especialmente los construidos hace décadas, reacondicionados o sin una planificación técnica actualizada, no fueron diseñados para soportar la ocupación, la tecnología y las cargas térmicas actuales. El resultado es un aire viciado que acumula CO₂, compuestos orgánicos volátiles, partículas finas o humedad excesiva. En aulas, esto se traduce en alumnos más distraídos y fatigados; en oficinas, en pérdida de productividad y sensación continua de malestar.
Cada nuevo episodio relacionado con la ventilación interior ya sea en viviendas, edificios públicos o entornos laborales confirma una realidad evidente: la ventilación no es un accesorio, es un requisito esencial para garantizar espacios saludables.
Edificios que no estaban preparados para el presente
En muchos edificios, especialmente en aquellos que han sido rehabilitados o reconfigurados, la ventilación sigue siendo un desafío. Los sistemas antiguos, insuficientes o directamente inexistentes, dificultan que el aire circule de manera adecuada, y cualquier intento de mejora suele encontrarse con complicaciones técnicas, interrupciones en la actividad diaria y un aumento significativo del coste económico y energético.
Mientras estas barreras persisten, los ocupantes siguen expuestos a un entorno poco saludable, donde la sensación de incomodidad o fatiga se convierte en algo habitual. Con la creciente atención de organismos reguladores y una mayor sensibilidad hacia la calidad ambiental interior, la ventilación deja de ser un aspecto secundario para convertirse en un elemento clave para garantizar el bienestar y la salud en cualquier tipología de edificio.
Una alternativa moderna para mejorar el aire interior

En Sinelec, como distribuidor especializado en soluciones de ventilación y eficiencia energética, observamos que este tipo de tecnologías resultan especialmente útiles en entornos donde la renovación del aire es crítica y donde las obras invasivas no son una opción: aulas, oficinas, salas de reuniones, bibliotecas, academias, coworkings y centros de formación.
Las unidades descentralizadas de ventilación con recuperación de calor se han consolidado como una de las soluciones más eficaces y rápidas de implementar en edificios existentes.
Estos equipos permiten renovar el aire sin necesidad de una red de conductos, filtrar partículas finas, polen y otros contaminantes, aportar aire fresco de forma continua con recuperación térmica y reducir el consumo energético, todo ello con una instalación mínima y sin interrumpir el uso del espacio. Este tipo de tecnología ofrece una vía práctica para adaptar edificios existentes a los estándares actuales de salubridad sin comprometer ni los tiempos ni los presupuestos.
Ventilación eficiente y controlada del aire interior
En Sinelec entendemos que la ventilación va más allá de un componente técnico: es un factor clave para garantizar la salud y el confort en cualquier espacio. Contar con unidades descentralizadas de ventilación con recuperación de calor se ha vuelto cada vez más relevante en edificios modernos y en rehabilitaciones.
En aulas y oficinas, donde la densidad de ocupación es alta y el aire se degrada rápidamente, estos sistemas resultan especialmente útiles. Permiten mantener niveles adecuados de CO₂, reducir la fatiga y mejorar la concentración tanto de estudiantes como de trabajadores.
Los estudios muestran que mejorar la calidad del aire en las aulas tiene un impacto directo en la concentración y el rendimiento académico. Por ejemplo, reducir los niveles de dióxido de carbono de 2100 ppm a 900 ppm puede incrementar el rendimiento de los estudiantes hasta en un 12 %.
| Nivel de CO₂ (ppm) | Calidad del aire | Recomendaciones |
| < 500 | Alta | Ideal para la calidad del aire y el confort. |
| 500 – 1000 | Buena | Rango aceptable para la mayoría de los edificios. |
| 1000 – 1200 | Baja | Se recomienda ventilar para mejorar la calidad del aire. |
| > 1200 | Mala | El CO₂ puede causar dolor de cabeza, somnolencia y falta de concentración; es necesario ventilar inmediatamente. |
Un ejemplo destacado es PureClass, de Soler & Palau. Esta unidad compacta y de alta eficiencia está pensada para mejorar la calidad del aire en oficinas, centros educativos y espacios de trabajo. Su diseño facilita mejorar la calidad del aire interior sin realizar intervenciones invasivas, incluso en espacios ya ocupados.
Hacia espacios más seguros, eficientes y saludables
La creciente preocupación por la calidad del aire interior no es una tendencia pasajera; es la consecuencia directa de décadas de infraestructuras que no estaban preparadas para las exigencias actuales.
Hoy, soluciones como el Pureclass de Soler&Palau, especialmente orientado a aulas y entornos de trabajo, permiten afrontar este reto con tecnología eficaz, flexible y adaptable a cualquier entorno. Sistemas que contribuyen a mejorar el confort y la salud, reducir riesgos ambientales en oficinas, optimizar la eficiencia energética, facilitar el cumplimiento normativo y revalorizar los espacios.
En un momento en que la calidad del aire interior se ha convertido en una prioridad transversal, respirar un aire limpio y controlado no debería ser un privilegio, sino un estándar.





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