Las energías limpias, cada vez más competitivas

19 Abr Las energías limpias, cada vez más competitivas

En las últimas décadas los agentes gubernamentales y la empresa privada han puesto en marcha medidas destinadas al desarrollo de una economía basada preferentemente en las energías renovables. Además de ser energías limpias, que no agotan recursos naturales y tienen unos impactos mínimos sobre el medio ambiente, también tienen una disponibilidad virtualmente infinita. Esto implica que el desarrollo de energías como la hidroeléctrica, geotérmica, eólica o solar pueden repercutir en la independencia de los países o empresas que apuesten por la inversión, al no tener que depender directamente de los mercados productores de petróleo o gas.

Por estas razones, las ventajas de estas fuentes energéticas comienzan a destacar frente a las tradicionales. Con una producción estable, el coste de este tipo de energía tiende a mantenerse, sin sufrir las subidas periódicas y los altibajos provenientes de la inestabilidad de los mencionados mercados que suministran a las fuentes energéticas tradicionales. Además, también crean más puestos de trabajo, al involucrar procesos que generan un mayor valor añadido en su fabricación, instalación, mantenimiento y comercialización.

La competitividad, uno de los aspectos clave de las energías limpias

A nivel macro, uno de los aspectos fundamentales a la hora de valorar el desarrollo de las energías limpias es la elevada inversión inicial que implica su puesta en marcha. Las plantas solares o los campos eólicos necesitan de grandes superficies para su construcción, así como una gran planificación previa basada en el cuidado de todos los aspectos involucrados en el proyecto.

A pesar de que es posible obtener instalaciones domésticas con relativa facilidad, para que la producción sea rentable en el ámbito estatal, es necesaria la construcción de grandes plantas productoras que respalden la generación y distribución de las energías limpias. A grandes rasgos, es por este motivo por el que el incremento de la participación de las energías renovables en la matriz energética de los distintos países sigue siendo tan reducido.

Sin embargo, el paradigma energético mundial está cambiando irremediablemente de forma significativa. El avance tecnológico, la aparición de una gran base de desarrolladores de proyectos a gran y pequeña escala, el aumento de investigaciones y el creciente volumen de inversión destinado a la materia son algunos de los factores que apuntan a esta dirección.

Según el informe Renewable Power Generation Costs in 2017 para el año 2020 todas las tecnologías de este tipo de energía competirán con los precios de las generadas a partir de combustibles fósiles. Entre las conclusiones del documento se destaca que en los últimos doce meses el coste necesario para generar energía eólica, fotovoltaica, geotérmica o hidroeléctrica ha competido directamente con los costes de generar energía a partir de combustibles fósiles como el carbón. Igualmente se destaca que los costes de la energía fotovoltaica se reducirán a la mitad en el mencionado año 2020.

Aumentan las inversiones destinadas a las energías renovables

En los últimos años la capacidad de generar energía renovable ha crecido a niveles nunca vistos, al tiempo que la inversión en determinados modos de producción ha aumentado; tal es el caso de la energía eólica marina, cuya inversión se ha cuadruplicado entre los años 2013 y 2016. A pesar de este aumento, las instituciones públicas no representan un gran porcentaje en la financiación de estos proyectos, ya que el 90 % de la inversión dirigida a las fuentes renovables proviene del sector privado, así como de los propios desarrolladores de los programas de energía verde.

Y es que, además de ser una decisión más consciente hacia el medio ambiente y favorecer la independencia energética, las energías limpias se muestran de forma cada vez más evidente como una decisión económica más rentable.

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