12 Sep Detectores contra incendios: ¿Conoces todos los tipos?
En España mueren cada año cerca de 200 personas a causa de incendios; con objeto de reducir esta cifra, los detectores contra incendios que antaño se utilizaban solo a escala industrial, hoy son cada vez más requeridos en los hogares españoles.
Tabla de contenidos
Los detectores son una pieza clave de los sistemas de protección contra incendios. Con el tiempo y el avance tecnológico han ido surgiendo distintos tipos de dispositivos, siempre con el propósito de suplir una necesidad específica para este mercado.
Tipos de detectores contra incendios
El fuego, independientemente de las causas que lo provoquen, tiene algunas características constantes y medibles: produce gases (humo), provoca un aumento de temperatura y emite radiación.
Los distintos tipos de detectores contra incendios se sirven de alguna de estas características para realizar su función.
Detectores de humo
Los detectores de humo son detectores contra incendios que, como su nombre indica, detectan la presencia de humo en el aire y activan una alarma para alertar del peligro de incendio.
Según el método utilizado para la detección, existen distintos tipos de detectores:
- Detectores iónicos: detectan gases y humos de combustión no necesariamente visibles. Disponen de una cámara de ionización de aire abierta (de ahí su nombre); si entra humo en esta cámara se reduce la ionización del aire, generándose una condición de alarma.
- Detectores ópticos/fotoeléctricos: estos detectores contra incendios cuentan con dos dispositivos, uno emisor de luz y otro fotorreceptor, situados en diferentes ejes. Cuando el humo entra en la cámara del detector, el haz de luz enviado por el emisor se dispersa y puede alcanzar el detector, activando así la alarma.
Existe un tipo especial de detector óptico llamado detector de rayo infrarrojo, el cual dispone de un elemento emisor, un reflector y un receptor. En este tipo de detectores se activa la alarma cuando el haz de luz infrarroja recibida por el elemento receptor se encuentra por debajo de una intensidad preestablecida, ante la presencia de una densidad de humo determinada en la trayectoria de los haces.
Detectores de temperatura
Los detectores contra incendios por temperatura se colocan donde no es apropiado instalar detectores de humo, generalmente en zonas de servicio como la cocina o garaje, donde puede haber humo no procedente del fuego fortuito.
Según su funcionamiento también existen distintos tipos.
- Detectores térmicos: también llamados de temperatura fija, son los detectores contra incendios por temperatura más utilizados. Están diseñados para activar una alarma cuando la temperatura del aire a su alrededor alcanza un límite establecido. La temperatura de activación más común para este tipo de detectores es de 58 °C, aunque existen en el mercado detectores que se activan a una temperatura de 47 ºC, aumentando por consiguiente el margen de seguridad.
- Detectores termovelocimétricos: estos detectores contra incendios están diseñados para activar una alarma cuando detectan un rápido incremento en la temperatura del aire que los rodea, alrededor de 8 °C por minuto, independientemente de la temperatura inicial.
Detectores de llama
Los de llama son un tipo de detectores contra incendios que se utilizan cuando existe riesgo de combustión sin humo, por ejemplo, cuando hay gases o líquidos combustibles. Su uso está más orientado al ámbito industrial.
Las llamas emiten radiación infrarroja y rayos ultravioleta. Sirviéndose de esta propiedad, encontramos tres tipos de detectores de llama:
- Detectores infrarrojos (IR): incorporan un sensor de radiación infrarroja que activa una alarma ante un cierto nivel de este tipo de radiación.
- Detectores ultravioletas (UV): incorporan un sensor de radiación ultravioleta.
- Detectores combinados (IR/UV): incorporan ambos sensores con la finalidad de aumentar la sensibilidad, además de reducir el riesgo de falsas alamas.
En conclusión, los detectores contra incendios más recomendables para salvaguardar vidas son los detectores de humo, gracias a su capacidad de detectar el riesgo de incendio incluso antes de que se produzca la combustión.
Sin embargo, su uso no siempre es adecuado, en especial en zonas donde se pueden producir humos de forma regular e inofensiva, como la cocina o el garaje, o bien en fuegos sin la presencia de humo. Para estos casos existen otros tipos de detectores contra incendios, como los de temperatura o de llama.
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